Isabel Clavero Mañueco, directora Territorial de Comercio y de ICEX en Castilla y León
Ya es indiscutible que el agroalimentario constituye un sector estratégico para esta Comunidad autónoma, por su contribución económica, social, territorial y medioambiental; también lo es que la internacionalización es una auténtica palanca para el crecimiento económico de la empresa. No es ningún secreto que las empresas que exportan son más resistentes ante situaciones inesperadas, como se ha puesto de manifiesto en la reciente crisis sanitaria.
Durante los últimos años, las empresas agroalimentarias de CyL han demostrado tener un enorme potencial exportador, como lo prueba el hecho de que, en un año tan complicado como el 2020, aumentaran sus exportaciones un 6,6%; además, este avance se produjo pese a enfrentarse a una situación muy adversa: con restricciones a la movilidad, desigual impacto de la pandemia en los diferentes mercados, el desplome del sector HORECA y, sobre todo, una gran incertidumbre a nivel mundial.
Para entender este éxito de la despensa castellanoleonesa en los mercados exteriores, se pueden resaltar algunos datos que lo ilustran:
Capacidad de reconversión junto a una apuesta por la excelencia de su tejido empresarial; prueba de ello es la existencia de 61 marcas de garantía que promueven la calidad del sector. Conceptos como trazabilidad, investigación, digitalización y mejora continua ya están presentes en los procesos productivos y de gestión de las empresas relacionadas con el sector primario.
Aumento progresivo de la base exportadora: en diciembre 2020, Castilla y León registraba 1.851 empresas exportadoras y 879 eran regulares; quiere esto decir que exportaron de forma ininterrumpida durante los últimos cuatro años. Además, las 25 primeras realizaron el 53,1% de la exportación total, de lo que se deduce que casi la mitad de la exportación agroalimentaria de esta Comunidad está repartida entre una amplia base de pymes que están operando en el sector.
Diversificación de los destinos, con una marcada tendencia a reducir la dependencia de la Unión Europea: hace 10 años, cerca del 90% de las exportaciones iban dirigidas a Europa (77,2% a la UE) y entre los 10 principales mercados de destino solo aparecían dos no UE: Suiza y EEUU, que apenas sumaban el 5% de las ventas exteriores de Castilla y León. Una década después, la situación es bien distinta: las exportaciones europeas han descendido al 74,6% (65,9% a la UE) y, en el mismo ranking, nos encontramos con dos nuevos clientes que van ganando protagonismo: China y Corea del Sur; es una realidad que los productos de Castilla y León se consumen progresivamente en destinos no europeos y siguen ganando peso otros, también con crecimientos demográficos importantes y ampliación de la clase media.
El sector se enfrenta a un escenario en el que una de cada tres personas en el mundo compra por internet, con una tendencia de los consumidores a cuidarse y comer sano; no cabe duda de que las empresas de Castilla y León seguirán apostando por el mundo global, demostrando que están preparadas para abordar estos nuevos retos.