Nutrición equilibrada y salud, sostenibilidad del modelo de producción, conciencia sobre los derechos de animales y proteínas alternativas, son los cuatro ingredientes con los que habremos de elaborar el futuro de la alimentación. Francisco J. Jariego, experto en tecnologías de la información y autor e investigador independiente, comparte sus reflexiones en la edición 2022 de Alimentos del Futuro.
“Escaparemos del absurdo de criar un pollo entero para comer la pechuga o las alas, criando estas partes por separado en un medio adecuado. Los alimentos sintéticos se utilizarán en el futuro, y eso no significa que vaya a ser necesario desterrar los placeres de la mesa. Los nuevos alimentos serán prácticamente indistinguibles de los productos naturales y cualquier cambio será tan gradual que escapará a la observación.” Lo escribió Winston Churchill en un apasionante ensayo publicado en 1931, ‘De aquí a 50 años’ (Fifty Years Hence). Han pasado más de 80, pero hoy estamos mucho más cerca de esa… ¿aspiración?
Josh Tetrick, cofundador y director ejecutivo de la empresa de carne cultivada Eat Just, Inc., lo resume así: “Vemos un camino para alcanzar en los próximos diez años el coste de producción del pollo que es una de las proteínas de menor coste, o incluso por debajo, lo que nos pondrá en una posición de ventaja con respecto a la carne de res y por debajo del coste de la carne de cerdo”.
¿Publicidad? ¿Parte del ‘hype’ tecnológico al que estamos tan acostumbrados? Podría ser, pero en este caso hay dinero detrás de las palabras de Tetrick.
Las inversiones en ‘agrifoodtech’ han aumentado de manera muy considerable en los últimos años. También en España que, con más de 400 startups, se posiciona como un actor significativo, al nivel de Francia y por delante de Reino Unido.
Agrifoodtech es un sector muy amplio, que cubre todos los aspectos de la producción agraria, ganadera y nuevas formas de apetitoso alimentación, pero las proteínas alternativas están en el centro de la estrategia y el intenso debate sobre el mejor futuro alimentario.
En realidad, los retos son abrumadores. El fantasma de la superpoblación y la escasez de alimentos nos acompañan desde que, a finales del siglo XVIII, tomamos conciencia de nuestro crecimiento ‘exponencial’. Las predicciones de la FAO son que 9-10 mil millones de personas en 2050 necesitarán un 70% más de alimentos. El calentamiento global, la escasez de recursos críticos como el agua o el riesgo de epidemia intensifican la presión.
La ciencia ficción, con una mezcla de oportunismo y atracción por la distopía, se entretiene a menudo en describirnos el terrible futuro que nos aguarda. Este año 2022 fue el escogido por los productores de la película ‘Cuando el destino nos alcance’ (Soylent Green, 1973) para mostrarnos un futuro a 50 años vista mucho más pesimista que el descrito por Churchill.
Seguramente no seremos caníbales, pero ¿comeremos insectos? ¿Qué rol jugarán los probióticos y la alimentación funcional? ¿Se aceptará la carne in vitro como alimento Kosher? Cualquier imagen de un futuro diferente a lo que conocemos hoy, y más aún en el caso de alimentación, se nos presenta llena de contradicciones. Y el futuro de la alimentación será muy diferente.
Nutrición equilibrada y salud, sostenibilidad del modelo de producción, conciencia sobre los derechos de animales y proteínas alternativas, son los cuatro ingredientes (tendencias clave hoy) con los que habremos de elaborar el futuro de la alimentación.
Podría ser algo así:
Poco a poco, y este proceso llevará más tiempo que el necesario para perfeccionar la tecnología, la utopía de Churchill tomará forma. Serán posiblemente más de 10 años, pero el alimento sintético estará plenamente aceptado para 2050.
Puedes leer el artículo completo en el libro ‘Alimentos del Futuro 2022’
Francisco J. Jariego
Experto en tecnologías de la información. Autor e investigador independiente